El libro, en una cita:
«Ten cada día por una vida». Séneca.
En una línea:
La filosofía romana ha seguido las necesidades sociales de cada momento: Los epicúreos, evitar el miedo y el dolor: la felicidad es cuestión de predisposición. Los estoicos, ética para el hombre de la calle: tranquilidad de ánimo, no preocuparnos por lo que no depende de nosotros. Los escépticos, sin coherencia pero literariamente brillantes, uniendo retórica y filosofía.
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Los estoicos fundan el temperamento firme a partir de un conocimiento sólido. En este momento tendemos a obsesionarnos por lo primero ignorando lo último.
Del «Conócete a ti mismo» a «Anticiparse a las necesidades de los demás», llegamos a la práctica de la virtud: el hábito. En la actualidad educamos en valores pero no en virtudes, lo cual sólo conduce a la frustración.
Ciertamente, mediante la educacion en valores estamos empoderando a la persona para convertirla en un sujeto activo y con criterio. Quizas el puente entre el valor y la accion no esta bien construido y dejamos la responsabilidad de construirlo a la persona. A re-pensar.