Tendemos a relacionar la elegancia con un trazo preciso y cuidado; con cierto aire clásico. Reconocer patrones a los que ya hemos asociado previamente una idea de distinción y de gusto.
Es difícil reconocer cierta originalidad en una obra y que a la vez responda con nuestro criterio de delicadeza, de estilo, de finura. Parece que innovar consiste precisamente en romper con lo anterior y, en cierto modo, transgredir nuestro criterio estético.
¿Se pueden compaginar ambas cosas? ¿Es posible innovar en los medios pero seguir llegando a una elegancia clásica?
¿De qué forma podemos ser innovadores manteniendo cierta distinción? ¿Replantearemos temas clásicos desde una óptica moderna? ¿Pintaremos temas nuevos con medios tradicionales?
Nos situamos a principios del s.XX y proponemos una obra que responde a ambos retos: mostrar elegancia con originalidad.
Kees Van Dongen (1877-1968). Mujer con sombrero negro, 1908.
![]() |
Kees Van Dongen, Mujer con Sombrero Negro. |
Mediante un uso del color muy atrevido – propio del Fauvismo, este autor es capaz de mostrar sencillez y elegancia.
Kees van Dongen (Wikipedia), Imagen con más calidad, otras obras del mismo autor, Fauvismo.
¿Qué otras obras infunden elegancia, saliéndose de los cánones clásicos?