El libro, en una cita:
«La toma de decisiones no está determinada racionalmente, sólo está racionalmente informada».
En una línea:
Las conclusiones a las que llegamos no son racionales sino subjetivas (basadas en emociones), tras informarnos de forma racional. Esta información corresponde con problemas complejos, nos llega de forma sesgada y llena de ideas preconcebidas.
En internet:
Wikipedia (Eng), Casa del Libro, Philosopher´s magazine (web del autor).
Más:
El libro aborda, tal vez con poca profundidad pero con mucha claridad, algunos temas interesantes a partir de noticias de prensa (Clinton, Bin Laden, Greenpeace, alimentos transgénicos, la guerra de Afganistán, etc), como por ejemplo:
¿Existe una verdad objetiva única? ¿Podemos llegar a ella? – Quedémonos en la duda razonable, no pretendamos llegar a verdades más allá de toda duda, pero no caigamos tampoco en relativismos.
¿Tenemos derecho a conocer la vida privada de los personajes públicos? ¿Todo acto malo debe ser castigado, o sólo el que cause daño importante a los demás? – No podemos castigar todo, y caer así en el «paternalismo legal»
¿Es lo natural, bueno y lo artificial, malo? – Con certeza, no; veamos caso por caso.
¿Existen guerras justas? – En ocasiones es inevitable pero ¿cuáles serían sus criterios?
Si una acción afecta a millones de personas, ¿su interés está por encima de cualquier requisito de integridad moral individual? – Aliviar la pobreza está por encima de la mala conciencia de un individuo.
¿Qué necesidades debe cubrir el Estado? ¿Es preferible un museo, un hospital, o un campo de fútbol? – Las necesidades superiores e inferiores (de Maslow) son igualmente importantes y necesarias.
Muy interesante tu blog. Tienes mi voto en la sección de Cultura. Suerte y un saludo, http://edictica.blogspot.com/